Labdassence, realiza colaboraciones con la asociación “La Azotea Azul” fundada por El Gancho Infantil. Esta asociación se ha creado para conseguir que los niños hospitalizados tengan un espacio habilitado donde puedan jugar o hacer rehabilitación, pero en este caso, al aire libre. Por esta razón, La Azotea Azul ha realizado convenios con hospitales de Andalucía para que la estancia de los más pequeños sea más amena.
Los profesionales de la medicina están unánimemente de acuerdo en que una zona al aire libre, equipada para que los niños hospitalizados puedan jugar o simplemente realizar sus ejercicios de recuperación, acortarían los periodos de hospitalización, además de los efectos positivos sobre el ánimo del niño y sus familiares, y por tanto sobre la enfermedad en sí.
Lo que se quiere llevar a cabo con esta asociación no es solo la construcción de un jardín, ni de un espacio abierto de juegos, sino de una salida al mundo exterior que hace que puedan conectar con su entorno y sus seres queridos a través del juego, porque el juego cura.
DATOS ESTADÍSTICOS HOSPITAL
Un jardín donde podrán disfrutar 4.000 niños al año, junto con sus familias y amiguitos. Además, LA AZOTEA será para todos los niños enfermos de Andalucía (52% provincia de Sevilla y 48% resto de Andalucía). Solo hoy día visitan diariamente la escuela del hospital de 30 a 40 niños buscando de alguna manera que esas largas horas de hospital pasen lo antes posible… Imaginemos qué sentirán si pudieran estar al Sol…
¡COLABORACIONES CON EL SILLÓN AZUL!
El sillón azul
Labdassence, promueve las colaboraciones con la asociación “El sillón azul” fundada por El Gancho Infantil. Esta asociación se ha marcado un segundo objetivo: que los cuidadores de los menores hospitalizados puedan descansar en una posición completamente horizontal, mejorando su salud física y psíquica, ayudándoles a sobrellevar las estancias hospitalarias de los niños.
Acompañar a un familiar durante la noche en un hospital suele ser duro, pero si la hospitalización se alarga, las familias sufren de forma más acentuada las consecuencias físicas y psicológicas que suponen el cuidado y acompañamiento. Sin duda esta situación es mucho más grave al enfrentarnos a la hospitalización de un menor.
Cuando se trata de un niño, el acompañamiento debe ser continuo (independientemente de la gravedad del enfermo). Además, esta tarea suele recaer casi exclusivamente en una o dos personas (generalmente los padres), dadas la especial necesidad de seguridad y afecto que conlleva esta etapa de la vida.
Muchas familias se han visto obligadas a convertir durante un tiempo el hospital en su hogar, día y NOCHE, por eso los cuidadores también sufren las consecuencias de la rutina hospitalaria. Y si los padres no descansan… la fortaleza con la que deben afrontar el día a día se hace un poquito más difícil.
Aunque las posibilidades de conciliar el sueño en un hospital serán siempre limitadas, una cama ofrece sin duda la posibilidad de reposar en una postura cómoda, lo que ayuda al descanso.
C/ Antonio Gómez Millán, nº 29 Parque Tecnológico Citec 41120, Gelves (Sevilla) España
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